Envejecimiento, Género y Aprendizaje-Servicio
El envejecimiento humano es un proceso en el que “inciden diversas experiencias históricas y correlaciones que se expresan dentro de una cultura de diferentes campos de saber y tipos de normatividad, pero también dentro de una variedad de formas de subjetividad mediante los cuales los individuos se reconocen como sujetos. Asimismo, habría que mirar la vejez como un conjunto de discursos y prácticas en cuyo seno cobran sentido y significado el cuerpo, las voces, los discursos, las prácticas, los deseos” (Martínez y Vivaldo, 2019: 87).
Durante el envejecimiento los discursos, prácticas y significados se relacionan con las construcciones sociales del género, es decir, los roles y expectativas que se atribuyen a los hombres y mujeres desde el nacimiento y hasta la vejez. A lo largo de la vida, el género participa en la conformación de la identidad de las personas, los sentimientos, actitudes, autoestima, capacidades, responsabilidades y roles en espacios familiares y sociales, en su conjunto se establecen y legitiman en función del sexo, y contribuyen directamente en el bienestar individual. En la vejez, estas construcciones simbólicas adquieren una connotación importante debido a las características biológicas, corporales, familiares y sociales que impactan de manera distinta a varones y mujeres viejos.
En consecuencia, existen personas viejas que tienen dificultades para modificar sus hábitos, prácticas, roles, creencias y responsabilidades, y que continúan reproduciendo relaciones y conductas que propician una desvalorización y desigualdad. Pero también, hay personas que pueden experimentar el envejecimiento permitiéndose modificar e incorporar prácticas, roles, proyectos, actitudes y experiencias que respondan a sus intereses y sean significativo para ellos.
En este sentido, la coyuntura entre el envejecimiento y el género, son relevantes e impactan en las experiencias de las personas viejas. En respuesta se pretende que desde el Aprendizaje- Servicio (ApS), se ofrezcan alternativas, proyectos, medios y acciones que se orienten a la visibilización, cuestionamiento y erradicación de aquellas construcciones sociales sobre el envejecimiento y el género que condicionan la experiencia de vida.
A continuación, señalamos porque se pretende abordarlo desde el ApS: se abordan temáticas concretas que son identificados por un grupo o colectividad; son problemas y necesidades reales; a partir del ApS se tienen nuevos aprendizajes sobre el envejecimiento y el género, a la vez que se favorecen espacios de apoyo, solidaridad, exploración, reflexión, participación y acción social de todos los actores involucrados; y finalmente, se promueven cambios e impactos positivos en las experiencias de las personas viejas.